2.1.07

Los añorados "dibujos animales"

Este post está dedicado a algo que echo de menos. Cuando yo era pequeña, y veía la tele bastante más que ahora, solían rellenar los huecos de programación de la única cadena que emitía en España con dibujos animados. Yo lo que veía eran dibujos de animales, así que durante años los llamé "dibujos animales". No es que eche de menos los dibujos animados en general; echo de menos aquellos, los de entonces…

¿Cuánto hace que no vemos a Bugs Bunny o al Pato Lucas? ¿Qué fue de Popeye, del oso Yogi, de la Pantera Rosa? Y de aquello de "Cáspita, Super-Ratón, ¡qué bueno que viniste!" Todavía recuerdo al Lagarto Juancho o a Leoncio y Tristón. Y me encantaba el Pájaro Loco.

Ahora los dibujos animados son otra cosa. Dominan los dibujos de diseño, que son feísimos, o los Manga, que son todos iguales, y cuentan historias donde se exaltan la violencia, la venganza, la envidia o la ñoñería. Alguna vez he visto una cosa sosísima que creo que se titula Doraemon, y a Shin Chan, el niño guarro y gamberrete… ¿Alguien se imagina a Bubu enseñando su trompa o a la Hormiga Atómica bajándose los pantalones al grito de "culete, culete"? Es fácil hacer reír con payasadas , pero yo, la verdad, me quedo con los personajes de antes. De las últimas décadas sólo se salvan, en mi opinión, Los Simpson, que no me parecen nada malos.

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Además, si se trata de estimular los más bajos instintos, también los dibujos de antes nos servían… ¿Quién no ha deseado que el Coyote cogiese por fin al odioso Correcaminos? ¿O que el gato Silvestre se comiese de una vez al insoportable Piolín? "Creo que vi un lindo gatito"… qué asco de bicho. Pero también aprendíamos cosas buenas, como a comer espinacas como Popeye y zanahorias como Bugs Bunny. Ah, y qué decir de esos deliciosos doblajes mejicanos y la fantástica música de jazz clásico sonando de fondo.



Este post es un recuerdo a todos aquellos animalitos maravillosos que alegraron mi infancia. A algunos apenas los recordaba, así que en estas líneas me he reencontrado con ellos. Ojalá que los niños y niñas de ahora atesoren recuerdos igual de entrañables… ¡Y que no olviden supervitaminarse y mineralizarse!


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