15.12.06

De la afectividad y la emoción


La negligencia por parte de los padres es uno de los malos tratos que en mayor medida se da en general y en diferentes países. Los padres dejan de atender a sus hijos bien por su propia incapacidad o por ignorancia o desinterés. Desgraciadamente no existe un carné para ser padres y quizás haya muchos padres que no pensaron, al traer a su hijo a este mundo, que los niños son personas que necesitan atención, tiempo, dedicación, amor, cuidado además de comida y cama. Si los padres dejan llorar a sus bebés cuando éstos tienen hambre, porque prefieren ver la televisión, por ejemplo, podemos hablar de negligencia, pero también cuando los ponen delante del televisor durante todo el día porque no quieren ser molestados y los dejan ver todos los programas, sean éstos aptos o no para su edad. Existen padres que abandonan el cuidado de la higiene de sus hijos pequeños o no les dan de comer y no los mandan al colegio, o sea que toman una actitud de desinterés total hacia ellos.

Cuando los padres no expresan ninguna afectividad hacia sus hijos o les dicen que son indeseables o que no les dicen que no los quieren, esto puede dejar graves traumas en su vida y es una forma de maltrato emocional que es la segunda causa en general de los malos tratos. Lo peor de este tipo de malos tratos es que sea invisible y nadie puede intervenir, ayudar al niño o frenarlo fácilmente. El maltrato físico aunque parece ser más visible, muchas veces no nos damos cuenta de su existencia ya que los niños a veces se caen y se autolesionan por lo que los padres pueden engañar a la gente y contar mentiras sobre la lesión, cuando en realidad han sido ellos los autores de las heridas que suelen causarles en ausencia de testigos y cuando están solos con los niños. Existen casos de abusos sexuales de niños y niñas que algunas veces salen en la prensa pero se trata tan sólo de algunos casos que salen a la luz, porque existen muchos casos en que los niños aguantan el abuso por parte de alguien, normalmente un familiar, porque éste les amenaza y por miedo se callan y de adulto intentan olvidarlo porque les da vergüenza hablar sobre ello.