11.1.07

La ablacion o mutilacion femenina

Es en efecto, otro ejemplo más de violencia contra las mujeres. La practica de la mutilación genital femenina cruza lo religioso, lo étnico, la edad y el ámbito geográfico. Se arraiga tan profundamente en la tradición y la cultura que cualquier señal de oposición a ella provoca repercusiones sociales en las comunidades donde se lleva a cabo. Las mujeres que no se han sometido a esta práctica, habitualmente, tienen que hacer frente a fuertes presiones sociales e incluso se ven sujetas al rechazo por parte de sus familias y comunidades.
Se define como "mutilación genital femenina comprende todos los procedimientos quirúrgicos que consisten en la extirpación total o parcial de los genitales externos, u otras intervenciones practicadas en los órganos genitales femeninos por motivos culturales o no terapéuticos."
La estimación del número total de mujeres actualmente vivas que han sufrido ablación en África es de entre 100 y 130 millones. Esto significa, considerando la actual tasa de nacimientos, que cada año aproximadamente dos millones de niñas corren el riesgo de padecer algún tipo de mutilación genital femenina. La mayor parte de las niñas y mujeres que han sido víctimas de esta práctica viven en 28 países africanos, aunque algunas viven en Asia. Cada vez se dan más casos en Europa, Australia, el Canadá y los Estados Unidos, principalmente entre inmigrantes procedentes de África y el sudeste asiático.
En el año 1997 se permite en Egipto la ablación femenina. El avance del integrismo islámico en la arena política egipcia es cada vez más fuerte y esta vez impuso su criterio respecto de la ablación clitoridiana. Pero los organismos humanitarios opinan que se trata de "un desastre", que muestra la lucha de poderes entre los opositores a la mutilación femenina y los médicos que viven con el dinero de estas operaciones.

Un sondeo efectuado en Egipto entre 14.000 universitarias encontró que el 97 por ciento de ellas había sido operada. Para sorpresa de pocos, y en todo caso dando muestras de lo enraizado en la cultura que está el tema, una de cada ocho encuestadas declaró que consideraba a esa práctica "muy buena" por razones higiénicas, un deber religioso o porque garantiza "mayor placer al marido". Aunque de origen incierto, la ablación de clítoris fue probablemente practicada en sus inicios por tribus animistas africanas. Hoy se aplica a la mayoría de las mujeres de países como Egipto, Sudán, Somalia, Etiopía y Eritrea. Pero el tema es polémico hasta dentro del propio Islam. Mientras algunos catedráticos islámicos consideran la mutilación genital femenina "antiislámica", algunos clérigos fundamentalistas a favor de ella argumentan que en algunos de sus dichos -nunca certificados-, el profeta Mahoma estaría a favor del recorte del clítoris.